Hola a todos y a todas.

Estoy muy contento de estar con Uds. para el lanzamiento del ciclo de conversatorios TRUST de la Cámara Chileno-Canadiense de Comercio.

¿Cómo podemos reparar, restaurar y aumentar la confianza?

En su libro “Trust” (Confianza), el ex Gobernador General de Canadá, David Johnston, nos ofrece unas pistas para fortalecer la confianza personal, comunitaria y nacional, un elemento base para todas las sociedades democráticas. Por eso mismo, el proyecto “TrustTalks” de la Cámara representa una oportunidad única de reflexión y diálogo en un momento histórico para Chile.  

Al llegar acá hace poco más de dos meses, me di cuenta que Canadá y Chile disfrutan de una sólida y amistosa relación bilateral que en 2021 está cumpliendo los 80 años. Hoy somos socios en la promoción de un comercio justo e inclusivo, en la protección de los derechos humanos y la igualdad de género, en la lucha contra el cambio climático y en la defensa del orden internacional basado en normas.

Esto se ha construido sobre la base de décadas de intercambio entre nuestros pueblos, líderes y empresarios. Ha estado respaldado además por el Tratado de Libre Comercio Canadá-Chile, por nuestros esfuerzos conjuntos para modernizar la Organización Mundial de Comercio, y por el compromiso de ambos países con el comercio inclusivo, como lo representa el TPP11, un tratado que esperamos será ratificado próximamente por el senado de Chile. 

Como resultado de estos numerosos intercambios y colaboraciones, y la CONFIANZA que estos han fomentado, Chile es hoy (como lo decía Pablo) el principal destino de las inversiones canadienses en América Central y del Sur y, según las cifras de Chile, Canadá es actualmente el tercer mayor inversionista extranjero (después de los EEUU y España). 

Las empresas e instituciones canadienses se han visto atraídas hacia Chile debido a que tienen CONFIANZA en su compromiso con el estado de derecho, su fuerte defensa de la democracia, y su apertura a la inversión extranjera.

Mantener la confianza de los inversionistas no es una tarea sencilla para una nación; requiere un esfuerzo continuo y deliberado. Pero este trabajo da resultados.

Canadá es testimonio de los efectos positivos de la inversión extranjera. En la actualidad, unos 2 millones de canadienses son empleados de empresas de capital extranjero. Esto equivale a aproximadamente 1 de cada 8 puestos de trabajo en Canadá, lo que significa que los canadienses de todos los segmentos de nuestra sociedad se benefician del empleo creado por la inversión extranjera.

La inversión extranjera no solo crea empleos, sino que también aumenta nuestra productividad, competencia, innovación y nos da acceso a nuevas tecnologías. Como resultado, los canadienses no solo se benefician de un mayor empleo y el gobierno de un aumento de impuestos, sino que, en última instancia, los consumidores canadienses se benefician de precios más bajos y de mayores opciones.

Mientras buscamos salir de los efectos económicos de la pandemia, la inversión extranjera directa será fundamental para la recuperación de nuestros países y nuestras comunidades, su crecimiento y su prosperidad.

Para mantener y atraer inversión extranjera, necesitamos construir sociedades que generen CONFIANZA para los inversionistas. ¿Que buscan estos? Entre otras cosas, la certeza jurídica, la no-discriminación cual sea su país de origen, y un trato justo por las autoridades competentes. 

Por supuesto, la CONFIANZA debe ser en ambos sentidos, y los inversionistas extranjeros también deben construir y mantener la CONFIANZA de los países y las comunidades donde operan si quieren ser los bienvenidos.

De hecho, el Gobierno de Canadá exige que operen según las leyes nacionales, que respeten los derechos humanos, y que lleven a cabo sus actividades de forma responsable en términos sociales y medioambientales, reflejando los valores canadienses y los más altos estándares internacionales. 

Esto significa también ser conscientes de los grupos que se han vuelto aún más vulnerables con la pandemia, como lo son los pueblos indígenas, los defensores de los derechos humanos, las mujeres y los niños y niñas.

La experiencia canadiense demuestra que cuando nuestras empresas actúan responsablemente y son inclusivas, son más resilientes, más competitivas y fortalecen su reputación y marca.

La CONFIANZA es un factor de unidad para atraer y mantener la inversión extranjera. La CONFIANZA es también fundamental para garantizar que los ciudadanos y las ciudadanas vean el valor en la inversión extranjera y la acojan.

Es por esto que la Embajada de Canadá se complace en apoyar esta valiosa iniciativa, compartiendo los principios de nuestro estimado ex Gobernador General de Canadá, David Johnston, así como los valores y las experiencias canadienses que nosotros, como individuos, comunidades, empresas y gobiernos, podemos poner en práctica para reconstruir y mantener la confianza, y crear un mejor futuro para todos y todas.

Gracias.